La primavera es una estación que trae consigo una gran cantidad de polen, polvo y otros agentes alérgicos. Esto puede causar una serie de síntomas que afectan al sistema respiratorio, como la congestión nasal, la tos, la dificultad para respirar y también la irritación ocular. En este artículo, discutiremos cómo las alergias primaverales influyen en el sistema respiratorio y cómo podemos tratar y prevenir estos síntomas.
Las alergias primaverales son causadas por una variedad de factores, incluyendo el polen de las flores, los árboles y la hierba, el polvo y los alérgenos presentes en el aire. Cuando una persona con alergias primaverales entra en contacto con estos agentes alérgicos, su sistema inmunológico libera histamina y otros químicos que causan una reacción alérgica.
Esta reacción puede causar inflamación en la nariz, los senos paranasales, los pulmones y los ojos, lo que lleva a síntomas como la congestión nasal, la secreción nasal, el estornudo, la tos, la picazón en los ojos y la irritación ocular. En casos más graves, las alergias primaverales pueden causar asma, una enfermedad respiratoria crónica que puede ser potencialmente mortal. El asma es una afección en la que las vías respiratorias se estrechan e hinchan pudiendo llegar a producir mucosidad adicional. El asma causa sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos durante la noche o temprano por la mañana.
Cómo prevenir los síntomas de las alergias primaverales
Hay varias formas de tratar y prevenir los síntomas de las alergias primaverales. Una de las formas más efectivas de tratar los síntomas de las alergias primaverales es tomar antihistamínicos. Estos medicamentos bloquean la liberación de histamina y otros químicos que causan la reacción alérgica, reduciendo así la inflamación y los síntomas asociados.
Otra forma de tratar los síntomas de las alergias primaverales es evitar alérgenos. Esto puede incluir limitar la exposición a agentes alérgicos y utilizar un purificador de aire en el hogar. Además, es recomendable evitar ciertas actividades al aire libre durante periodos de alta concentración de polen, usar gafas de sol para proteger los ojos de cualquier irritación y lavarse las manos después de estar al aire libre para eliminar cualquier partícula alergénica que pueda hacerse acumulado en la piel.
Los meses más duros para personas alérgicas son abril, mayo y junio, meses que coinciden con el momento en que las plantas producen polen con mayor frecuencia. Y es que, en nuestro país, hay más de 8 millones de personas que sufren enfermedades alérgicas y son más comunes en ciudades que en zonas rurales ya que la contaminación atmosférica favorece su efecto.
En conclusión, las alergias primaverales pueden tener un impacto significativo en el sistema respiratorio y pueden ser tratarse con una serie de medidas preventivas y de tratamientos. Aunque lo aconsejable para las personas que experimentan síntomas de alergias primaverales que pueden influir en el sistema respiratorio, es consultar a su médico o a un neumólogo que es el mejor especialista para problemas respiratorios, para obtener un diagnóstico claro y un tratamiento adecuado.